LA HABITACIÓN MÁGICA
Hoy llueve. La lluvia de hoy me hace recordar la de mi niñez. Y pienso en la casa de un amigo de mi colegio que tenía una habitación mágica.
En esa habitación llovía. Entrar en ella estaba prohibido, pero cuando conseguíamos burlar la vigilancia de su madre y escabullirnos, me quedaba maravillado ante el prodigio. Cuando nos descubría, nos echaba de allí entre regañinas y amenazas.
Hoy llueve. La solución al misterio de la habitación mágica me llega, inesperada y molesta como una gotera, y el cuento fantástico que era mi infancia se desvanece, sustituido por una historia de miseria y penurias.
En esa habitación llovía. Entrar en ella estaba prohibido, pero cuando conseguíamos burlar la vigilancia de su madre y escabullirnos, me quedaba maravillado ante el prodigio. Cuando nos descubría, nos echaba de allí entre regañinas y amenazas.
Hoy llueve. La solución al misterio de la habitación mágica me llega, inesperada y molesta como una gotera, y el cuento fantástico que era mi infancia se desvanece, sustituido por una historia de miseria y penurias.
Dijo el gran Borges: "Por fin la tarde se ha aclarado/porque cae la lluvia minuciosa./ Cae o cayó. La lluvia es una cosa/que sin duda sucede en el pasado". He ahí el descubrimiento del poder evocador de la lluvia. Y la evocación lo mejora todo. Ya sabemos por otro Jorge (Manrique) que "cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor".
ResponderEliminarOh... qué mescolanza entre realidad y ficción... muy grande. Mucho.
ResponderEliminarYo visité la casa de Ana Frank y sentí lo que dices a lmkll, su niñez no fue un sitio cálido para refugiarse.
La pérdida de la inocencia, ese gran tema literario.
ResponderEliminarA Juntacadáveres y Bernardo se le agradecen sus reflexiones.
ResponderEliminarY a ladychena se le da la bienvenida a este blog.